Imagina encontrarte en una de las hermosas playas de Fuerteventura, con el viento del océano soplando suavemente. Sin embargo, detrás de la belleza del paisaje, a veces hay tensiones que están cuidadosamente construidas.
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Cuando llegué a Fuerteventura, pensé que habÃa encontrado un paraÃso. Sol todo el año, gente acogedora y una comunidad de expatriados donde me podÃa sentir en casa. Sin embargo, la realidad a veces es diferente de lo que imaginamos.
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ITALIANO TORNA A CASA /// FUERA ITALIANOÂ
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Leo en las paredes esta frase, y mi primer instinto es sentirme excluido, rechazado. Luego, alguien me dice que tal vez esas pintadas han sido hechas por italianos mismos, quizás haya un plan para sembrar discordia y miedo.
¿Quién se beneficiarÃa de semejante división? Quizás alguien que teme que el sueño de una vida mejor aquà se le escape de las manos. Quizás alguien que quiere crear un enemigo imaginario para alimentar el sentido de pertenencia a través del miedo.
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Los italianos aquà no son pocos. Somos parte de una reciente ola migratoria que busca oportunidades, tranquilidad, una alternativa a la vida frenética de nuestras ciudades. Y mientras intentamos integrarnos, respetar las tradiciones locales, nos damos cuenta de que podrÃamos ser parte de un juego de poder que no acabamos de comprender.
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Con la nueva (próxima agosto 2024) ruta marÃtima entre Fuerteventura y Tarfaya, surge la pregunta: si los italianos, similares a los canarios en religión y cultura, son poco aceptados, ¿cómo serán acogidos los marroquÃes? Los intercambios comerciales, los viajeros, las culturas que se encuentran... pueden crear puentes, pero también barreras.
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Me pregunto: ¿es realmente imposible coexistir pacÃficamente?Â
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Fuerteventura nunca ha sido un lugar estático. Siempre ha acogido a navegantes, comerciantes, aventureros de todo el mundo. Esta es su historia, su ADN. Y nosotros, los recién llegados, podemos ser parte de este tejido, si tan solo hubiera espacio para la comprensión mutua.
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Quizás debemos aprender a contar mejor quiénes somos y escuchar quiénes son los demás. Construir relaciones auténticas, no basadas en el miedo sino en la curiosidad. Y entonces, quizás algún dÃa, esas pintadas en las paredes desaparecerán, y serán reemplazadas por mensajes de bienvenida, de diálogo, de futuro compartido. Nicolò Camozzi